Estrés: una visión holística para superarlo

El estrés forma parte de nuestra naturaleza humana. Cuando nos encontramos ante algún peligro, o en una situación preocupante o alarmante, se dispara un perfecto sistema de respuesta al estrés que nos prepara para actuar. Este sofisticado sistema activa varios mecanismos fisiológicos, entre ellos la puesta en marcha del sistema nervioso simpático y la producción de adrenalina y cortisol.

El estrés
Los ruidos exteriores e interiores. Estrés.

El hombre primitivo se enfrentaba día a día a amenazas exteriores como la lucha contra animales salvajes o la supervivencia en caso de una gran tormenta o un incendio. Actualmente, no sufrimos esos peligros físico, pero la respuesta ante una «amenaza» es la misma, y nos encontramos en situaciones que no podemos solucionar con rapidez, estos son los problemas del día a día de la sociedad actual: problemas de pareja, con el jefe, en el trabajo, en las relaciones sociales, problemas económicos, preocupaciones sobre la seguridad, los hijos, las enfermedades, la realización como ser humano,…

Muchas de estas preocupaciones cotidianas las reinterpretamos como peligrosas, generando un impacto constante de «amenazas». Son dificultades que no tienen solución inmediata, por lo que nuestro sistema de protección frente al peligro se ve activado una y otra vez, incluso permanece activo en continuo. Este estrés continuado nos hace enfermar.

En principio, cuando nos vemos expuestos a una situación peligrosa nos preparamos para actuar, de manera que pueden darse tres casos:

1.- La lucha, donde el instinto se apodera (la emoción relacionada es la rabia)

2.- La huída, salimos corriendo (la emoción relacionada es el miedo)

3.- La pasividad extrema, donde te escondes o te haces el muerto. (La emoción sería un miedo extremo)

Para todo ello el cuerpo pone en marcha varios mecanismos fisiológicos:

1.- En el hígado se activan los depósitos de glucógeno puesto que el cerebro necesita glucosa.

2.- El corazón se dispara, acelerándose el ritmo cardíaco, bombeando más sangre al cerebro y al corazón

3.- Se acelera la respiración, con lo que se produce mayor oxigenación y mejor eliminación del dióxido de carbono.

4.- Se moviliza la grasa del tejido adiposo

Cuando la amenaza desaparece, si el sistema de respuesta al estrés funciona correctamente, el cuerpo se va recuperando y poco a poco el sistema parasimpático predominará de nuevo sobre el simpático, de manera que la presión sanguínea, el ritmo cardíaco y respiratorio volverán a la normalidad. En caso contrario, este sistema de protección frente a la adversidad puede producir una disfunción en nuestro sistema orgánico llegando a producir una enfermedad.

A continuación os damos una serie de pautas que, en el caso de sufrir estrés os pueden ir bien a fin de calmar el cuerpo, las emociones y la mente.

Pautas Fitoterapéuticas para ayudar a tranquilizar el cuerpo

Algunas pautas del Yoga terapéutico para tranquilizar la mente

 

 

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