LA MANZANA

Fruto del manzano Pirus malus L. Rica en fructosa, sus beneficios proceden de la presencia de algunos fitonutrientes:

  1.  Pectina. Es la principal fibra vegetal insoluble de la manzana, que actúa facilitando la eliminación de toxinas por las heces.
  2.  Ácidos orgánicos. Destaca el ácido málico, pero también hay ácido cítrico y otros. Al metabolizarse son alcalinizantes de la sangre. Renuevan la flora intestinal y evitan las fermentaciones intestinales.
  3.  Taninos. Son astringentes y antiinflamatorios.
  4.  Flavonoides. Actúan evitando la deposición de colesterol en las paredes arteriales y la arteriosclerosis. El más activo de los flavonoides es la quercitina, también presente en la cebolla.
  5.  Boro. Interviene en la asimilación de calcio y magnesio, por lo que previene la osteoporosis.

Indicaciones:

  • La manzana es antidiarreica, laxante, diurética, depurativa, hipolipemiante (disminuye el
  • nivel de grasas en la sangre), colerética, tonificante del sistema nervioso, alcalinizante, antioxidante. Se aconseja su consumo regular, siendo especialmente indicada para:
  • Diarreas y colitis. La pectina absorbe y elimina las toxinas bacterianas. A su vez, los taninos secan y desinflaman la mucosa intestinal, y los ácidos grasos actúan como antisépticos y regeneradores de la flora bacteriana. En caso de diarrea se aconseja tomar manzana, o inclusive hacer una dieta de manzanas como único alimento.
  • Estreñimiento. Al regular el funcionamiento del intestino, no sólo corrige diarreas sino también el estreñimiento. Se puede tomar una manzana en ayunas para vencer la hipotonía intestinal.
  • Eccemas crónicos de la piel, cuando son causados por estreñimiento y la correspondiente autointoxicación intestinal.
  • Hipertensión arterial. No contiene casi nada de sodio y es rica en potasio, siendo hipotensora.
  • Colesterol. Su consumo diario reduce el nivel de colesterol, al parecer debido a que la pectina de la manzana absorbe las sales biliares del intestino, que el organismo convierte en colesterol.
  • Arteriosclerosis. Por su riqueza en quercitina y otros flavonoides, se evita el depósito de colesterol en las paredes arteriales, y se inhibe la agregación plaquetaria.
  • Colelitiasis o piedras en la vesícula. La manzana fluidifica la bilis y evita la formación de cálculos, aunque no puede deshacer cálculos ya formados.
  • Diabetes. Los diabéticos toleran bien la manzana porque sus azúcares son básicamente fructosa en lugar de glucosa, y porque la pectina actúa como regulador de la liberación y absorción de azúcares.
  • Cáncer de colon. Sobre todo por acción de la pectina.

Preparación:

Se puede tomar cruda y pelada. Puesto que la piel tiene pocas pectinas y es de difícil digestión, no importa pelarla, e incluso es aconsejable si la manzana no es ecológica por los residuos de plaguicidas que se acumulan en la piel.

También se puede tomar rallada o asada al horno, o bien hervida junto con el líquido de decocción. Estas preparaciones son adecuadas para niños y ancianos.

El jugo de manzana natural es muy apetitoso, sobre todo recién preparado para evitar oxidaciones.

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