Tomate ensalada ecológico cultivado en Granada.

Certificado de agricultura ecológica ES-ECO-001-AN.

Fruta de la tomatera Solanum lycopersicum L. Es alcalinizante. Con un 94% de agua, aporta en sí pocos nutrientes, pero muchas sustancias que resultan medicinales:

Tiene un contenido significativo de vitaminas: C, B1, B2, B6, niacina, folatos, A. Un tomate pequeño de 100 g aporta la tercera parte de las necesidades diarias en vitamina C.

Es una fuente importante de potasio, hierro, magnesio y fósforo.

Fibra vegetal soluble, que se encuentra en la pulpa y rodeando las semillas, y ayuda a reducir el colesterol sanguíneo.

Ácidos orgánicos málico y oxálico, que contribuyen al sabor del tomate. Según madura, se convierten parcialmente en azúcares (glucosa y fructosa). El contenido en ácido oxálico es más bajo que otros alimentos y no debe ser motivo de eliminar el tomate de la dieta de pacientes que padecen cálculos renales.

Licopeno, pigmento vegetal que da el color rojo al tomate. El licopeno está presente en nuestro plasma, así como en los testículos, la próstata y las glándulas suprarrenales. Es antioxidante, impidiendo que los radicales libres deterioren el ADN. Interviene en los mecanismos de control del crecimiento celular.

Indicaciones:

Afecciones prostáticas. Disminuye mucho el riesgo de padecer cáncer de próstata, así como el crecimiento excesivo de esta glándula, tan frecuente entre los hombres de más de 50 años (hipertrofia benigna).

Depurativo. Por su carácter alcalinizante, facilita la eliminación de los residuos metabólicos. Asimismo es diurético por lo que facilita el trabajo de los riñones. Se aconseja en caso de gota, al eliminar el ácido úrico de la sangre. También en caso de insuficiencia renal y de intoxicación crónica por una alimentación rica en carne y proteína animal.

Depresión inmunitaria. El tomate estimula de forma natural las funciones inmunitarias, como por ejemplo las defensas antiinfecciosas del organismo, que son las que eliminan a los agentes infecciosos.

Arteriosclerosis. Al evitar la oxidación del colesterol, se evita su deposición en las arterias. Es un buen preventivo de los trastornos de circulación arterial, incluida la angina de pecho y el infarto de miocardio.

Afecciones cancerosas. Además del cáncer de próstata, también previene los cánceres de boca, esófago, estómago, colon y recto. En general es altamente protector de todo tipo de cánceres del aparato digestivo.

Preparación:

Crudo es la forma más saludable de consumirlo. Conviene que esté maduro, pues el tomate verde tiene pequeñas cantidades de un alcaloide, la solanina, que puede causar dolor de cabeza y trastornos digestivos.

Frito es muy sabroso aunque a algunas personas les puede resultar algo indigesto. El licopeno del tomate frito se absorbe mejor que si está crudo.

En jugo y salsa se obtienen prácticamente todos sus beneficios, pero deben ser naturales o de alta calidad, pues los preparados comerciales suelen contener mucha sal y algunos aditivos.


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